ENFOQUE
DIDÁCTICO DE LA MATEMÁTICA EN EDUCACIÓN
INICIAL.
En
los últimos tiempos, han surgido investigaciones desde el campo de la
matemática, las cuales señalan que los
niños y las niñas mucho antes de ingresar a cualquier contexto educativo (convencional o no
convencional), han construido ciertas
nociones de matemática en interacción con su entorno y con los adultos que la utilizan.
Este conocimiento de la vida diaria es necesario incorporarlo a los procesos de
construcción de la matemática desde la Educación Inicial como objeto presente
en nuestra sociedad.
Durante
muchos años, la propuesta de trabajar matemática en Educación Inicial estuvo
orientada por una concepción que trataba de desarrollar y ejercitar la noción
del número, presentándolo de uno en uno, solo y de acuerdo con el orden de la
serie numérica (ejercitación escrita con trazado correcto), acompañada por la
idea de que los niños(as) nada sabían de los números y que para aprenderlos era
conveniente hacerlo desde el principio (1-2-3...).
Esto trajo como consecuencia
que el trabajo didáctico se centrara sólo en los aspectos lógicos del número
como prerrequisito indispensable para el trabajo numérico. Para que los niños y
niñas descubran como funcionan los distintos sistemas de notación y puedan
operar con ellos, deben utilizarlos en diversas situaciones, sin segmentaciones
artificiales impuestas por el adulto.
Sólo
como ilustración, pensemos en las diversas actividades que se realizan en la
vida cotidiana donde podemos explorar las diferentes funciones que cumple la
matemática. Ejemplo: los niños y niñas utilizan
los números para seleccionar los canales de televisión, lo observan en
las placas de los carros, en los teléfonos, en las monedas, y también en situaciones
vinculadas con los conceptos de medición. Ejemplo. “Yo mido más que” o“ esto
pesa como mil kilos”. Ensayan capacidades con recipientes, distinguen formas en
el espacio, experimentan con los números recitando la serie numérica o contando
los objetos que tienen a su alcance.
Según
G. Vergnaud, (1994) “Las concepciones de los niños(as) son moldeadas por las
situaciones que han encontrado”. Esto nos indica que el aprendizaje se logra si
están inmersos en contextos plenos de sentido y cuando los niños y niñas desarrollan
sus acciones para la resolución de una situación dada.
Es
por ello, que se hace necesario proponer a los niños y niñas, situaciones didácticas
contextualizadas en lo social, donde se tome en cuenta sus experiencias previas,
como punto de partida para planificar nuevos problemas a plantear.
La
integración de los nuevos conocimientos a los ya existentes es un proceso muy
complejo que requiere de múltiples y variadas situaciones de aprendizaje,
tiempo y oportunidades para que los niños y niñas pongan en juego ciertas
acciones: comparar, establecer relaciones, transformar, analizar, anticipar los
resultados, el proceso a seguir, ensayar una posible solución, razonar y justificar
los resultados.